La Tradición Navideña no Termina con el Fin de Año

Los Reyes Magos son muy importantes en la tradición Navideña. Al nacer el Niño Jesús siguieron la estrella de Belén hasta llegar al pesebre donde se encontraba el niño. Sobre esta historia hay muchas cosas que aún no se han definido, como el origen específico de cada Rey Mago, por ello se tiende más a tomarlo como un hermoso cuento navideño, donde los niños juegan el papel principal. Esta historia es tomada de la Biblia y así se ha convertido en uno de los símbolos en la llegada del año nuevo.

En la mayoría de los países se acostumbra mantener la ilusión de los niños, a través del pequeño obsequio que los Reyes dejarán en los zapatos, a veces colocados bajo el árbol y otras en la puerta de la casa, así la mañana del siete de enero es para ellos el nuevo despertar con la ilusión de ver qué recibieron. Cada uno de los Reyes Magos poseía distintas características, y traía consigo una ofrenda específica: Melchor traía consigo el oro, Gaspar el incienso y Baltasar traía la Mirra. Al pasar de los años el real sentido de las ofrendas ha variado en su significado, pero lo importante es mantener la tradición. En algunos países también se acostumbra escribirle cartas a los reyes pidiéndoles no cosas materiales, sino los anhelos y metas para este nuevo año que comienza con sus páginas en blanco.

Así mismo la sociedad católica celebra una gran misa en honor a los Reyes, en donde miles de creyentes se acercan a la iglesia a pedir e inclusive a agradecer por las bondades recibidas. La celebración de esta fecha más que una fiesta es una ilusión y un acto de fe que ha permanecido en el ser humano por mucho tiempo, ya que ni siquiera se sabe con certeza si los Reyes Magos realmente existieron, por ello hay muchas preguntas sin respuestas certeras. Pero tomemos esto como algo positivo que alimenta en el hombre la fe y la esperanza de seguir creyendo.

Fomentemos en nuestros niños la tradición de leerles el cuento de los Tres Reyes Magos cada seis de enero, y creemos en ellos la ilusión de que estos traerán como obsequio no sólo un juguete, o un dulce, sino un poco de paz a todos los corazones creyentes sobre la tierra.

Pablo Trepat